¿Qué tipos de terapias psicológicas o tipos de psicología existen?
No existe una psicología que explique de forma concluyente todos los aspectos del ser humano. En su lugar, tenemos diversas teorías que contemplan los problemas psicológicos desde diferentes perspectivas, unas veces complementarias y otras opuestas.
La psicología clínica dispone de un conjunto de procedimientos y técnicas terapéuticas para el cambio y la modificación de los problemas cognitivos, emocionales y de conducta. Puesto que existen distintas orientaciones psicológicas, cada una ha construido sus técnicas para restablecer el equilibrio psicológico.
¿Qué es una terapia?
El término terapia proviene del griego “therapeutikós” que significa ‘aquel que cuida de otra persona’. Esto no significa que los terapeutas de hoy sean los confesores de ayer. Un terapeuta no nace, se hace mediante el estudio, la investigación y la práctica clínica.
Todavía hoy, muchos creen que las dificultades psicológicas tienen que ser superadas por uno mismo, con la propia fuerza de voluntad o por el paso del tiempo, que todo lo cura. Cuesta acudir a un psicólogo cuando se tienen dificultades personales, porque algunos creen que eso es cosa de locos. Sin embargo, la terapia es una relación de trabajo, entre un terapeuta y un paciente, para desarrollar formas más viables de estar en el mundo.
Un terapeuta no sólo se preocupa de las conductas observables y de las relaciones interpersonales, sino también de las expresiones afectivas, los estilos cognitivos o los bloqueos que impiden asumir el control y el cambio personal.
Con diferentes técnicas y métodos, el terapeuta ayuda a resolver problemas personales, a ensanchar los estrechos márgenes de la conducta, a ser creativo en las relaciones interpersonales y a tener una visión personal más realista.
Metas Terapéuticas
Los terapeutas no suelen estar de acuerdo con las variables a tener en cuenta para estudiar la génesis, el mantenimiento y los cambios de los trastornos conductuales y emocionales. Sin embargo, Chris KIeinke en su obra Principios comunes de psicoterapia (1995) resalta varios objetivos básicos de las diferentes terapias:
Ayudar a superar la Desmoralización
Algunos problemas se deben a tener baja autoestima y falta de habilidades sociales; otros, son producto de la incompetencia personal o de no saber tomar decisiones. Para superar estas dificultades, el terapeuta debe aceptar de forma incondicional las experiencias, pensamientos y sentimientos de las personas que acuden a la terapia.
Richard Lazarus, señala que «el objetivo de la terapia es enseñar a verlos problemas como desafíos y no como amenazas». Esto reducirá el grado de desmoralización de la persona para adoptar los cambios necesarios y buscar caminos vitales más fructíferos.
Afianzar la competencia personal
Aprender a dirigir nuestra conducta es un objetivo básico de todas las psicoterapias. Algunas estrategias para mejorar la eficacia personal son las siguientes:
- Pensar en conductas concretas, no en definiciones globales. Por ejemplo, pensar «me siento triste», en lugar de decir «estoy deprimido.»
- Pensar la solución: «algunas veces estoy estresado y enfadado, ¿cómo puedo cambiar?»
- Pensamiento práctico: «estoy ansioso ante los próximos exámenes, pero los superaré.»
- Pensar en logros pequeños: «voy a hacer la cama en lugar de pensar en arreglar toda la casa.»
- Pensar en el futuro, no en el pasado: «mañana intentaré ser asertivo en clase» en lugar de «ayer no fui capaz de preguntar a la profesora de matemáticas.»
Superar las conductas de evitación
Es necesario aprender estrategias para enfrentarse a los problemas y situaciones estresantes de la vida, en lugar de evitarlas. Por eso, una de las tareas terapéuticas es ayudar a la persona a realizar lo que teme, a exponerse a las situaciones ansiógenas.
Ser consciente de las propias ideas erróneas
Muchas personas se fijan metas irreales, tienden a ser perfeccionistas y se juzgan a sí mismas con criterios muy rigurosos. Establecen metas que son abstractas, generales e inalcanzables; y la forma en que definen sus objetivos personales determina su éxito o fracaso, su autoestima o inutilidad. Los terapeutas, enseñan a ser conscientes de las propias distorsiones cognitivas e ideas irracionales que perturban el estado emocional.
Enseñar a aceptar las realidades de la vida
Hay dos tareas que son importantes para alcanzar la madurez personal: aceptar las cosas que no podemos cambiar y luchar para intentar transformar las que podemos y tener criterios realistas para adecuar nuestras expectativas e intereses a la realidad.
El Psicoanálisis
La psicoterapia nace a finales del siglo XIX con el psicoanálisis de Sigmund Freud. Frente a la medicina tradicional, que utilizaba procedimientos como la hipnosis en el tratamiento de la neurosis (término sustituido por ansiedad), el psicoanálisis utiliza la palabra como vehículo terapéutico. Las tres técnicas que emplea son:
- La asociación libre. El paciente informa al analista de sus pensamientos y los recuerdos que acuden a su mente, independientemente de que sean o no triviales. Esto facilitará la aparición de recuerdos y deseos reprimidos y su aceptación consciente.
- El análisis e interpretación de los sueños. Freud se refirió a los sueños como ‘el camino real al inconsciente’. Los impulsos y deseos reprimidos durante la vigilia, se manifiestan en el sueño, aunque en formas disfrazadas.
- La transferencia. Para Freud, la repetición de la experiencia pasada, vivida emotivamente durante el análisis, permite al paciente transferir al analista la hostilidad, el afecto o la culpa que sintió en otras épocas hacia sus padres u otras personas significativas. De esta forma, el paciente descarga las tensiones y el analista le hará comprender que esos sentimientos infantiles ya no son apropiados en su vida adulta.
Terapia Cognitivo-Conductual
La terapia cognitivo-conductual trata de mantener, cambiar o suprimir una conducta. Aborda problemas conductuales y no enfermedades mentales, lo que supone una actitud completamente diferente ante los problemas psicológicos.
Un individuo sin deterioro orgánico no es un ‘paciente’ y, por tanto, esa persona no necesita curarse. Quien acude en busca de ayuda es visto como un cliente, una persona con problemas, que se manifiestan en una conducta desadaptada, caracterizada bien por déficit o bien por exceso de rasgos presentes en una conducta normal.
Los terapeutas no emiten juicios morales sobre las conductas problemáticas del individuo. Se preocupan de problemas de aprendizaje y/o cognitivos, de la falta de habilidades emocionales o sociales y enseñan cómo afrontar los problemas de la vida.
Las características de esta terapia son:
- Tanto la conducta normal como ‘anormal’ se adquieren según las leyes del aprendizaje y existe una continuidad entre ellas. La conducta ‘patológica’ es considerada como una respuesta inadecuada a una situación externa concreta.
- La modificación de conducta implica buscar las causas de los conflictos que asolan al individuo, no al responsable de ellos.
- En el análisis de una conducta problemática importan más los determinantes actuales que sus antecedentes lejanos. La actuación terapéutica se centra en el ‘aquí’ y el ‘ahora’.
- La terapia cognitivo-conductual estudia la adquisición, consolidación y extinción de la conducta y de los procesos cognitivos. Para llevar a cabo esta tarea el terapeuta utiliza entrevistas, autorregistros, cuestionarios, registros psicofisiológicos y la observación conductual.
Las fases del análisis conductual son:
- Evaluación detallada de la conducta problemática.
- Cuando se ha seleccionado la conducta que se desea modificar, detallar las variables que la mantienen y delimitar los objetivos de la terapia.
- Tratamiento dirigido a la modificación de la conducta problemática mediante diversas técnicas.
- Valoración de los resultados obtenidos.
Algunas técnicas conductuales son:
- Modelado. De la misma forma que aprendemos conductas o habilidades complejas, como conducir un coche, las personas también aprenden a aceptar estímulos temidos y manejar situaciones ansiógenas, como volar en avión o hablar en público. Esta técnica es muy útil en el tratamiento de fobias y obsesiones.
- Entrenamiento asertivo. La finalidad de esta técnica es superar la ansiedad ante situaciones interpersonales o sociales. Asertividad y ansiedad son respuestas incompatibles, no es igual ser tímido que asertivo. Si una persona no defiende sus pensamientos y sentimientos en las situaciones sociales, nunca vencerá la timidez. En las sesiones terapéuticas, individuales o en grupo, la persona poco asertiva puede aprender, a través de ensayos de conducta, nuevas formas de pensar y comportarse, que luego puede aplicar en su contexto social.
Terapia Familiar o Sistémica
La terapia sistémica surgió con los trabajos de la escuela de Palo Alto (California), encabezada por Gregory Bateson, Jean Weakland y Paul Watzlawick. Este modelo terapéutico no considera al individuo como un ser aislado sino en relación con los demás.
Aunque todas las personas pertenecen a diversos grupos, la terapia sistémica estudia al grupo más conocido, la familia, y lo trata como un todo, observa cómo interactúan sus miembros y examina sus patrones inhibidores o destructivos.
La familia es una unidad social y la psicoterapia debe permitir a todos sus miembros encontrar un modo de funcionamiento satisfactorio. El sistema familiar debe ser observado en las acciones y reacciones de cada miembro de la familia con respecto a los otros. Se pasa de una descripción de la naturaleza de alguien a una descripción de las relaciones entre una persona y otra.
La forma en que los miembros de una familia se enfrentan o eluden los problemas, la honestidad u hostilidad en que basan sus relaciones familiares, son de gran importancia durante la terapia.
También tienen gran interés las diferentes etapas del ciclo vital: la independencia de la familia originaria, cómo se forma una pareja estable, familias con hijos adolescentes, la independencia de los hijos, la etapa de la jubilación, etc. Cada fase tiene sus reglas y cada miembro de la familia tiene que adaptarse y crear nuevas pautas de relación.
Esto no significa que la terapia familiar tenga como misión mantener una familia a toda costa, también es de gran ayuda en procesos de separación y divorcio.
Psicología
José Ignacio Alonso